sábado, 25 de febrero de 2012

Castillo de Salobreña ( Granada )


Ubicado en la cumbre del promontorio roquedo, por su estratégica situación y su trascendencia en la historia de la villa, se erige como hito referencial por excelencia. Desde sus torres, la panorámica que nos ofrece es realmente impresionante: el mar azul confundido en el horizonte con el cielo, la verde vega interrumpida bruscamente por un anfiteatro montuoso y las nevadas cumbres de Sierra Nevada en el invierno. Desde el siglo X las fuentes árabes nos informan de la existencia de una fortaleza en el lugar, pero nada cuentan acerca de sus dependencias. Durante diez siglos ha sido objeto de continuas y profundas transformaciones, de tal manera que un análisis evolutivo de él se topa con serias dificultades debido a su complejidad estructural. Su primitiva estructura castrense y su evolución hasta el siglo XV nos son desconocidas.


 No hace falta decir que su construcción estuvo motivada por razones estrictamente defensivas. Sin embargo, durante el periodo nazarí albergó además un palacio real que también sería utilizado como prisión real. Según las crónicas, varios fueron los monarcas que padecieron prisión entre sus muros: Yusuf III, Muhammad VIII el Pequeño, Muhammad IX el Zurdo, Abu Nasr Sad y Muley Hacén. Tras la entrega de Salobreña a las tropas cristianas en diciembre de 1489, Francisco Ramírez de Madrid, en premio por la conquista de Salobreña es nombrado por los Reyes Católicos alcaide de la fortaleza de Salobreña. Así el castillo conservó su importancia militar hasta el siglo XVIII. Aunque sobre él se ejecutaron importantes obras de reforma, mantenimiento y acondicionamiento, presentaba un estado de ruina importante y en 1849 ya estaba completamente abandonado por se inútil desde el punto de vista militar. En cuanto a su forma, el Castillo es de planta trapezoidal y está formado por tres recintos: uno interior de planta triangular, que se corresponde con la alcazaba o alcázar nazarí, jalonada por cuatro torres (la Torre del Homenaje, la Torre Nueva, la Torre del Polvorín y la Torre Vieja); y otros dos estrictamente defensivos construidos por los cristianos a finales del siglo XV. De ellos, uno defiende el frente este y sudeste, y otro el frente norte. Encontramos aquí la torre de acceso y la barrera exterior, flanqueada por dos torres más, El Cubo (de planta elíptica) y La Batería (de planta pentagonal). Finalmente la Coracha, que hace alusión a un sistema defensivo que protege una toma de agua y que presenta en sus extremos la Torre del Agua y la Torre de la Coracha o el Baluarte.

1 comentario:

  1. un poco mas de informacion chcacho que os abeis inchado a escribir

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